Joe Biden representante del Partido Demócrata, ha derrotado al republicano Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos en un proceso agónico que ha durado ya cuatro días.
Con especial peso del voto de las mujeres, los jóvenes y las grandes ciudades, ha decidido expulsar de la Casa Blanca al magnate neoyorquino que llevó el populismo más agresivo, rayando en lo xenófobo, al centro del poder.
La victoria de Biden, un político moderado de 77 años, se enfrenta a un Trump declarado en rebeldía, que ha decidido llevar a los tribunales el resultado agitando acusaciones infundadas de fraude.
Este sábado por la mañana se certificó a Biden ganador de ese territorio clave y, con él, vencedor de los comicios. Había sobrepasado los 270 votos electorales y Trump se acaba de convertir en el primer presidente de los últimos 25 años que perdía una reelección.
Los resultados de Trump, por otra parte, dan cuenta de la capacidad de movilización que el magnate tiene entre las bases republicanas. En medio de una grave crisis económica y sanitaria, y tras cuatro años de polémicas, el presidente ha obtenido al menos seis millones de votos más que en 2016. El éxito del republicano no es una carambola, no es una casualidad, Trump no es el empresario ajeno a la política que quiere representar, en un candidato con un buen olfato político. Pero no ha bastado para frenar el empuje demócrata.
Joe Biden de perfil centrista es, con sus 73,8 millones, el candidato con más votos de la historia de Estados Unidos. Estas cifras colosales se deben a la respuesta masiva de los estadounidenses. Han votado unos 160 millones, lo que supone una tasa de participación récord desde 1900.